sábado, 6 de julio de 2019

HOY

... y un día me desperté, consciente de mi, de la nueva oportunidad, con la profunda sensación de sentirme viva.

"Gracias, gracias, gracias" susurré al vacío, que no está vacío sino lleno.

Faltaban 3 minutos para la hora en la que me levanto, así que permanecí con los ojos cerrados, pero sintiéndome viva, bien viva, vibrante.

Limpié mi mente de pensamientos, concentrándome en mi respiración.
Una inspiración fuerte, profunda, y ese aire que entra a mis pulmones es de color dorado.
Una espiración fuerte, profunda, y ese aire sucio se lleva consigo mis preocupaciones, mis miedos y temores.

Abro los ojos con una sonrisa, me levanto con energía, como si hiciera una posición de yoga. Movimientos bien medidos, exactos.

Ya de pie volteo hacia donde esta la cruz, y digo con ceremonia mientras me persigno:
Por la señal, de la santa cruz,
De nuestros enemigos, líbranos señor,
Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.

Me dirijo a la ducha, me cepillo los dientes "dándoles un masaje" que disfruto.
Entro a la ducha, y siento esa agua caliente recorrer mi cuerpo, y lo disfruto.

Estoy viva.
Ayer, no sé.
Mañana, tampoco sé.
Hoy, es hermoso y lo disfruto, y lo agradezco.
Y doy gracias nuevamente, porque por fin he entendido que no hay ayer ni mañana sino hoy.
Que el hoy bien vivido me asegura un buen mañana, hasta donde yo puedo controlar.
Lo que sale de mis manos no me corresponde.

Gracias, gracias, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario