Y llega el día en que tienes que retirarte.
Te enteras que ya tienes más de 60 años porque eso dicen tus papeles, tú estás entera como a tus veinte.
Ya quieres comenzar esa nueva vida idílica que no sabes bien a bien si sólo existe en tu cabeza.
Tienes planes como para llenar ese primer año que te encanta llamar como tu "año sabático"
Papeles, testamento, panteones, planes funerarios, papeles, contraseñas por compartir, más papeles.
Haces planes, vas a disfrutar tu día como niña: harás ejercicio, aprenderás a nadar, a bailar, a tejer, a cocinar, a pintar.
Vas a levantarte y bañarte y arreglarte como si siguieras trabajando.... y tu nena interior se ríe y dice... no, no... sabes bien que no harás nada de eso, te quedarás tumbada en la cama hasta las once de la mañana, tragarás como cerdo, decidirás que no te bañarás porque te bañaste ayer; y para qué quitarse el pijama si no saldrás a ningún lado, miras el reloj esperando que comience la "hora oficial para hacerse un coctel", y buscarás qué serie tienes pendiente de ver, aunque tienes 20 comenzadas, esas que disque ibas a ver en inglés para "practicar tu inglés"; y tus planes altruistas se van quedando atrás, esas visitas a hospitales para auxiliar gente que no sabe moverse en la montaña burocrática a la que tú vas a ayudar, a esa persona minusválida a la que casi vas a cargar, esa fila en la farmacia que tú harás por ellos, esa montaña de tortas y café que les llevarás... todo se va desdibujando...
Tienes miedo, y vas descubriendo un dolorcito en un dedo, en una axila, en una rodilla, en un lugar donde no sabías que tenías un órgano vital y que duele, y persiste, y los viajes donde explorarás esos mundos que no conoces y donde caminarás kilómetros y kilómetros se van viendo cada vez más lejos, cada vez menos atractivos... y ya comienzas a dormir diferente... ¿y si ya me voy a morir? ¿y si ya se va a morir esta o este, aquel o aquella?
Ya te vas a retirar, pero quieres seguir viva, quieres vibrar, quieres aprender, quieres saber dónde se compra eso que se llama actitud. ¿Cuánto cuesta el kilo?