domingo, 12 de junio de 2011

Partidos Políticos y sus fans.

En México ya están tan mezclados los partidos que resulta difícil distinguir colores. Las ideologías y tendencias quedaron atrás, perdieron importancia.



Los políticos ya ni se justifican, se mueven por los distintos partidos políticos según les va conviniendo, se van de donde les cierran las puertas a sus ambiciones políticas y trasponen el umbral de aquel que lo acepta y ofrece lo que el otro les negó.



También tendríamos que añadir que la moda es que los partidos políticos hagan alianzas en las contiendas electorales. Los mexicanos cuando emitimos nuestro voto nos vemos orillados, conscientes o no, a votar por por el partido en el que creemos y en el que no creemos también, mezclados ambos en la batidora de los arreglitos en lo oscuro. Estas alianzas tienen como único fin beneficiarse ellos como partido, los intereses de México y los mexicanos no tienen cabida aquí.



En vista de lo anterior, me pregunto ¿Y los mexicanos? ¿Los votantes? ¿Los priistas, panistas y perredistas por convicción? ¿Con qué sabor de boca salen luego de emitir un voto por un candidtato del PRD + PAN por ejemplo?



En Puebla teníamos claro que no queríamos más al PRI en el gobierno. Los que leen saben que nuestro anterior gobernador priista era Mario Marín, y no hace ni falta agregar lo ansiosos que estábamos porque terminara su gobierno y elegir un partido diferente.



El PRD en Puebla no tiene presencia, sólo el PAN era la opción ¿A quién nos ofertaría?.



Pues la oferta fue Rafael Moreno Valle, un expriista cercano a la maestra Elba Esther Gordillo que se mudó de partido por así convenir a sus intereses personales, como diría una de esas cartas de recomendación de plantilla.



Pero eso no era todo, ¡El PAN iba en alianza con el PRD!



La reflexión del poblano para votar, para aquellos que reflexionan su voto era: A ver, no quiero más al PRI gobernando mi Estado. La opción que tengo entonces es este panista con profundas raíces priistas y que además va en alianza con el PRD, partido que nada tiene que ver con la ideología del PAN.



Cuando salí de emitir mi voto, tenía la agria sensación de haber votado por el PRI, el PAN y el PRD. Tenía la amarga sensación de haberme prestado a un juego de intereses donde los menos beneficiados éramos Puebla y sus poblanos.



Todo lo anterior me lleva a pensar ¿En qué estamos pensando los mexicanos? y más aún ¿En qué están pensando los fanáticos de los partidos políticos? ¿Se dan cuenta hasta qué punto son usados?



Porque no importa cuánto nos decepcione el político, cuán mal gobierne y cuánto nos robe. Seguimos pensando en colores. Los defendemos a capa y espada. Defendemos lo indefendible. Si alguien critíca a nuestro partido nos revolvemos furiosos y contraatacamos. "Criticas a mi partido pero el tuyo hizo esto y esto y esto... " ¿Por qué no somos capaces de reconocer las fallas de nuestro partido y reconocer los logros del otro cuando los hay?



Tenemos que reaccionar y darnos cuenta que no tenemos que trabajar (de a gratis por cierto) por el partido que nos simpatiza. ¡Tenemos que trabajar por México! ¡Tenemos que ser los guardianes de México, no de nuestros partidos políticos! Es tan obvio esto que hasta da vergüenza escribirlo.



En twitter me asombra y me deja boquiabierta leer las discusiones entre los fanáticos de los diferentes partidos políticos.



Priistas y perredistas despedazan al panista y Secretario de Hacienda Ernesto Cordero cada que dice alguna de las barbaridades que acostumbra. Los fanáticos panistas no se avergüenzan y se unen a la crítica sino que contraatacan y defienden lo indefendible.



Los perredistas pro AMLO viven ofendiendo y criticando al presidente Calderón, A su juicio éste no hace nada bien ni lo hará, es espurio y así se quedará. Los detractores de esta facción los llaman "pejistas" o "pejezombies", esos son sus nombres lindos, no quieran saber otros.



PAN y PRD se ríen al unísiono del maquillaje que pusieron al priista Eruviel Ávila en el debate que sostuvieron los contendientes de estos tres partidos en su carrera por el gobierno del Estado de México. Lo que se habló en ese debate pasó a segundo término.



Estos tres ejemplos son suficientes para darnos cuenta de lo mal que lo estamos haciendo. Debemos rectificar el camino y tener claro que nuestra prioridad es México y que actuando como lo hacemos no hacemos sino hundirlo más.



Nuestra lealtad se la debemos a México, si los colores de los partidos políticos se han fundido cuando así les ha convenido ¿Por qué no fundimos también nuestras preferencias políticas y escogemos al que mejor propuesta tenga?



¿Por qué no dejamos de hacer el juego a los políticos y si ninguna propuesta nos gusta, simplemente anulamos nuestro voto? El voto masivo anulado no beneficia a ningún partido, como es creencia popular, sino que los afecta a todos. Tal vez entonces estos depredadores de México se darán cuenta que después de todo el mexicano sí piensa, después de todo la borregada ha dejado de serlo y es momento de ofrecerle propuestas y alternativas que beneficien a México y no sólo a éllos.

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