domingo, 7 de octubre de 2012

¿Ya fuiste a misa?

Es domingo y este día trae consigo deberes que cumplir. Hay que ir a misa.

Así lo cree la gente religiosa

Así lo siente la gente espiritual

Así lo hace mucha gente por tradición, porque así nos enseñó papá (este grupo cada día se reduce más)

Así lo hacen algunos más porque tienen la convicción de que si no van a misa algo muy malo les ocurrirá durante la semana.

Dice la iglesia que si no vamos a misa cometemos un pecado capital. Es decir, es un pecado grandote que para ser perdonado requiere confesión, penitencia y claro, no volverlo a cometer.

Supongo que el escenario ideal para ir a misa sería:
Ir en familia
Que se sienta un ambiente festivo en la iglesia, caras sonrientes y cálidas (Estamos en Su casa y vamos a encontrarnos con Él ¿No?
Que se entienda lo que dice el sacerdote
Que el sacerdote tenga el tino de dar un sermón que mande un mensaje que nos impulse a mejorar algún aspecto de nuestra vida.
Que aprovechando que la familia ya está junta y en la calle, se de un paseo dominical, de zócalos, helados y estampas dominicales.

Pero no es así. El ambiente general es de funeral. Adultos apartando asientos para gente que nunca llega, caras largas para el "hermano" que está al lado, apretón de la mano diciendo "La paz" pero sin hacer contacto visual y con gesto adusto. Están en misa menos en misa, mirando para todos lados y juzgando a los demás.

Lo peor son los sacerdotes con aire de superioridad oficiando misa con desgano, hablando y orando de tal forma que sólo se entienden ellos. El sermón, la hora de la explicación del Evangelio, el momento supremo para acercarse a la gente resulta ser lo más malo. Se nota a leguas que no lo preparan con anticipación y que improvisan. Regañan a los asistentes y los descalifican. Hablan como si todo su auditorio fueran niños de preescolar, o adultos con algún tipo de retraso mental. No hay comunión, no hay acercamiento.

Tengo la convicción de que "misa" no es ir forzado a la iglesia, no es ir a juzgar a los demás, no es estar pensando en otra cosa, no es ir a rezar en automático, no es estarse enojando por lo que dice el sacerdote, sintiéndose insultado y tal vez profiriendo alguna descalificación mental acompañada de una palabrota.

Misa es armonía entre los tuyos, la feliz convivencia familiar.

Amarnos los unos a los otros, eso es lo único que se nos pide. Los negocios terrenales son cosa aparte.

¿Se notó que poco voy a misa?











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