domingo, 19 de junio de 2011

A mi Padre

Él regresa de su trabajo como ebanista, entra en su humilde casa, la cual sostiene con trabajos.

- Ya llegué, negra - saluda a su esposa. Ella es de tez blanca, pero él le dice así de cariño, a veces también le dice "chata" y en privado le dice medio en serio y medio en broma "eres mi mujer, me perteneces porque cuando nos casamos así lo dijo el padre".

Su casa es un hervidero, y cómo no, si tuvo doce hijos, porque había que tener todos los hijos que Dios nos mandara y a ellos Dios les mandó muchos.

El oficio con el que mantenía a toda su familia no daba para mucho pero daba suficiente, o al menos así lo creíamos los doce chiquillos que vivíamos en el paraiso porque éramos felices. 

¡Cómo no ser felices si teníamos unos padres amorosos que se respetaban y que nos cuidaban con ayuda de mi abuela paterna!. Sus vidas giraban en torno nuestro.

Mi padre trabajaba todo el día, pero a partir del sábado por la tarde era todo nuestro. Mi madre lo iba a esperar a la salida del trabajo y regresaban con bolsas de comida que entre todos los adultos preparaban y que degustábamos con singular alegría, reunidos en una gran mesa, con largos bancos en lugar de sillas, hechos por mi padre para que cupiéramos todos.

Algunos domingos íbamos a la tienda grande de la colonia, mi papá pagaba las cuentas pendientes y llevaba a casa un refresco para cada uno de la familia, era un honor acompañarlo en esas ocasiones y cargar nuestro Pascual Boing, Orange Crush o Titán (personalmente siempre escogía el refresco con más contenido).

Mi padre nunca nos pegó, esa tarea correspondía a mi madre, y cuando ésta avasallada por su ruidosa prole pedía ayuda a mi papá, éste, reacio, hacía taquito su periódico y se ponía de pie ante el chiquillo o chiquilla en cuestión y le decía dándole en la cabeza un suavísimo toque con el periódico "obedece a tu mamá" y volvía a enfrascarse en su lectura. Debo decir que cuando mi papá me "pegaba" me dolía más que cuando mi mamá lo hacía, cinturón en mano.

Mis padres venían del pueblo y hasta la fecha me sigo preguntando perpleja de donde sacaron con tan escasa enseñanza escolar, tanta buena educación, tantos modales y tanto honor.

No sólo nos enseñaron a manejar unos cubiertos y comportarnos en la mesa. "Siéntate derecho", "No sorbas la sopa", "Mastica con la boca cerrada", "límpiate la boca", "Baja los codos de la mesa" etc. sino que nos dieron otros valores que a todos sus hijos nos ha servido como llaves de oro para abrir puertas en la vida.

Mi padre me decía:
- Cuando te ofrezcan algo (de comer) siempre toma la porción más pequeña.
- Cuando toques a una puerta hazlo sólo dos veces, con firmeza pero quedamente.
- Siempre pide por favor y agradece.
- Cuando tu empleador te pregunte cuánto quieres ganar, contesta "Lo que usted considere que vale mi trabajo, señor".
- Dale gracias a Dios por todo lo que te da.
- Reza por las noches, aunque sea un Padre Nuestro pero con fé y devoción.

Él nos dejó también muchas enseñanzas aprendidas de su ejemplo. Era un hombre honrado, respetuoso, formal, puntual, que no decía malas palabras. Lo más fuerte que le escuché decir y eso porque estaba muy molesto fue un "¡Chintetes!".

Mi padre amaba leer, siempre estaba leyendo algo y nos inculcaba que lo imitáramos. Si teníamos alguna duda siempre recurríamos a él y siempre tenía la respuesta, y si no, ahí estaba el atlas o el diccionario. Nunca nos quedábamos con la duda de nada. A veces temíamos preguntarle algo porque no obteníamos una respuesta llana sino toda una explicación. A mi padre no se le podía preguntar la hora porque nos contaba la historia del reloj, decíamos a modo de broma entre nostros los hijos.

Pero planteándomelo ahora, lo que siempre mas admiré de mi padre fue el gran amor que tuvo por mi madre. Creo que nunca la dio "por hecho", creo que siempre la consideró su novia y siempre vivió conquistándola. Ese homenaje de amor fue lo que más honda huella dejó en mí.
Toda mi vida mientras vivieron me sorprendió la emoción con la que cada 14 de febrero intercambiaban regalos.

Ya jubilado, cansado y enfermo seguía tratando a su "negra" con deferencia. Aún a 50 años de casados seguían teniendo largas conversaciones en las noches, compartidas en la intimidad de su habitación. Esas conversaciones que a sus hijos cuando éramos pequeños nos llegaban en forma de susurros hasta nuestras camas, y nos daban seguridad y confianza. Esos murmullos eran la mejor canción de cuna que pudimos haber tenido.

Cuando mi padre murió, hace ya 14 años y me preguntaban "¿De qué murió? yo no sabía responder. Su corazón simplemente se detuvo. Es que ya era la hora, la misión estaba cumplida. Así lo avalaban sus hijos, adultos de bien, alrededor de su cama, así lo avalaba su negrita, mi madre, la mujer más amada que he conocido.

sábado, 18 de junio de 2011

Agosto


No sé qué paso, quizás fue el miedo o la inseguridad, pero te quería, me gustaba sentirme deseada, aguardaba los días para volver a encontrarnos.

No lo podía explicar, esa fuerza con la que me sentía atraída, la misma fuerza con la que te deseaba tanto, la excitación al verte. Oír tu voz me enredaba, pero aun no entendía, ¿Por qué tú?, ¿Por qué?, porque me hacías sentir eso, eso de lo que oía hablar tanto, pero yo no entendía. Y, aunque ha pasado el tiempo y los dos decidimos no querernos, el mismo tiempo nos mostro la mentira.

Nos alejamos, nos odiamos, pero, al mirarnos, hay de por medio algo extraño, al cruzar las miradas, nos sentimos como dos extraños. 
Es tan difícil toparnos en el camino y tratar de compartir un par de palabras.

¿Qué paso? Se suponía que nos queríamos, que lo que existía entre los dos era algo distinto, que íbamos a abrir nuevos horizontes. No sé, supongo que fue una mala decisión y aunque tratamos de olvidar, de recoger cariño de alguien más. 

¿Por qué el engaño?, si ambos sabemos que la atracción entre los dos es más fuerte y que deseamos ese momento, el momento de volver a estar juntos.

Busco en la lluvia, renacer en tus ojos y que el aire de agosto no me escuche susurrar en  tu oído, que el sol no mire cuando rocemos nuestros labios y encontrarme entrelazada a tus brazos, donde el silencio lo explique todo.

Seré prudente y  callaré este sentimiento, intentare huir y no recordar tu olor, que es el mismo que envuelve y asesina.

Te buscare donde me lo has pedido antes y me volveré a alejar, porque es esta penumbra de no tenernos la que mantiene el deseo ente los dos.

Autora: Karen Sofía

domingo, 12 de junio de 2011

Partidos Políticos y sus fans.

En México ya están tan mezclados los partidos que resulta difícil distinguir colores. Las ideologías y tendencias quedaron atrás, perdieron importancia.



Los políticos ya ni se justifican, se mueven por los distintos partidos políticos según les va conviniendo, se van de donde les cierran las puertas a sus ambiciones políticas y trasponen el umbral de aquel que lo acepta y ofrece lo que el otro les negó.



También tendríamos que añadir que la moda es que los partidos políticos hagan alianzas en las contiendas electorales. Los mexicanos cuando emitimos nuestro voto nos vemos orillados, conscientes o no, a votar por por el partido en el que creemos y en el que no creemos también, mezclados ambos en la batidora de los arreglitos en lo oscuro. Estas alianzas tienen como único fin beneficiarse ellos como partido, los intereses de México y los mexicanos no tienen cabida aquí.



En vista de lo anterior, me pregunto ¿Y los mexicanos? ¿Los votantes? ¿Los priistas, panistas y perredistas por convicción? ¿Con qué sabor de boca salen luego de emitir un voto por un candidtato del PRD + PAN por ejemplo?



En Puebla teníamos claro que no queríamos más al PRI en el gobierno. Los que leen saben que nuestro anterior gobernador priista era Mario Marín, y no hace ni falta agregar lo ansiosos que estábamos porque terminara su gobierno y elegir un partido diferente.



El PRD en Puebla no tiene presencia, sólo el PAN era la opción ¿A quién nos ofertaría?.



Pues la oferta fue Rafael Moreno Valle, un expriista cercano a la maestra Elba Esther Gordillo que se mudó de partido por así convenir a sus intereses personales, como diría una de esas cartas de recomendación de plantilla.



Pero eso no era todo, ¡El PAN iba en alianza con el PRD!



La reflexión del poblano para votar, para aquellos que reflexionan su voto era: A ver, no quiero más al PRI gobernando mi Estado. La opción que tengo entonces es este panista con profundas raíces priistas y que además va en alianza con el PRD, partido que nada tiene que ver con la ideología del PAN.



Cuando salí de emitir mi voto, tenía la agria sensación de haber votado por el PRI, el PAN y el PRD. Tenía la amarga sensación de haberme prestado a un juego de intereses donde los menos beneficiados éramos Puebla y sus poblanos.



Todo lo anterior me lleva a pensar ¿En qué estamos pensando los mexicanos? y más aún ¿En qué están pensando los fanáticos de los partidos políticos? ¿Se dan cuenta hasta qué punto son usados?



Porque no importa cuánto nos decepcione el político, cuán mal gobierne y cuánto nos robe. Seguimos pensando en colores. Los defendemos a capa y espada. Defendemos lo indefendible. Si alguien critíca a nuestro partido nos revolvemos furiosos y contraatacamos. "Criticas a mi partido pero el tuyo hizo esto y esto y esto... " ¿Por qué no somos capaces de reconocer las fallas de nuestro partido y reconocer los logros del otro cuando los hay?



Tenemos que reaccionar y darnos cuenta que no tenemos que trabajar (de a gratis por cierto) por el partido que nos simpatiza. ¡Tenemos que trabajar por México! ¡Tenemos que ser los guardianes de México, no de nuestros partidos políticos! Es tan obvio esto que hasta da vergüenza escribirlo.



En twitter me asombra y me deja boquiabierta leer las discusiones entre los fanáticos de los diferentes partidos políticos.



Priistas y perredistas despedazan al panista y Secretario de Hacienda Ernesto Cordero cada que dice alguna de las barbaridades que acostumbra. Los fanáticos panistas no se avergüenzan y se unen a la crítica sino que contraatacan y defienden lo indefendible.



Los perredistas pro AMLO viven ofendiendo y criticando al presidente Calderón, A su juicio éste no hace nada bien ni lo hará, es espurio y así se quedará. Los detractores de esta facción los llaman "pejistas" o "pejezombies", esos son sus nombres lindos, no quieran saber otros.



PAN y PRD se ríen al unísiono del maquillaje que pusieron al priista Eruviel Ávila en el debate que sostuvieron los contendientes de estos tres partidos en su carrera por el gobierno del Estado de México. Lo que se habló en ese debate pasó a segundo término.



Estos tres ejemplos son suficientes para darnos cuenta de lo mal que lo estamos haciendo. Debemos rectificar el camino y tener claro que nuestra prioridad es México y que actuando como lo hacemos no hacemos sino hundirlo más.



Nuestra lealtad se la debemos a México, si los colores de los partidos políticos se han fundido cuando así les ha convenido ¿Por qué no fundimos también nuestras preferencias políticas y escogemos al que mejor propuesta tenga?



¿Por qué no dejamos de hacer el juego a los políticos y si ninguna propuesta nos gusta, simplemente anulamos nuestro voto? El voto masivo anulado no beneficia a ningún partido, como es creencia popular, sino que los afecta a todos. Tal vez entonces estos depredadores de México se darán cuenta que después de todo el mexicano sí piensa, después de todo la borregada ha dejado de serlo y es momento de ofrecerle propuestas y alternativas que beneficien a México y no sólo a éllos.