lunes, 22 de octubre de 2012

Luisa

 
María
Luisa
Güicha
Maria Luisa
 
Te fuiste
Tres años
 
Inesperado y esperado
Incomprensible y comprensible
 
¿Qué se hace con un cuerpo que se ha vuelto una carga?
¿Qué se hace cuando ya no hay ganas?
 
¿Cómo se enfrenta el nuevo día cuando el dolor y la desazón nos impiden disfrutarlo, vivirlo, gozarlo?
No hay reproches, sólo agradecimiento, sólo reconocimiento, sólo remordimientos
 
Te recuerdo no en el dolor, ni en la tristeza ni en la oscuridad; te recuerdo en la alegría, en las risas, en las continuas muestras de amor.
Te recuerdo en nuestras últimas conversaciones donde la madurez, la mesura y la serenidad te brotaban por los poros.

Me quedo con tu imagen tranquila, con esa imagen que me sugería que la verdad te había sido desvelada, que sabías algo que yo ignoraba, que entre el dolor y la desazón habitaba una luz nueva que te daba certeza.
La certeza de la luz al final del túnel.
 
Estamos tristes por nosotros porque nos haces falta. Por ti estamos felices.
Descansa en paz Luisa, hermana.  Así te sé, feliz y en paz.

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